domingo, 13 de febrero de 2011

CIPRIANI, ¿DEFENSOR DE LA VIDA?


Monseñor Juan Luis Cipriani ha salido a la carga en contra de la legalización del aborto (que no es lo mismo que legitimización). Dijo “horror”, se le crisparon los cabellos, y en nombre la moral del Opus Dei, cargó su rabia para esputar su bilis contra aquellos que proponen que el aborto en el Perú pueda darse en clínicas legales y con tratamientos médicos que salvaguarden la integridad de la paciente. No es novedoso que Cipriani entre en ataques epilépticos cuando se pone en discusión y debate temas que en sí no van a cambiar el destino del país. Sobre el aborto tenemos que entender que debe centrarse entre la Cantidad de Vida y la Calidad de Vida; y sabemos que en el Perú, como en gran parte del globo, éstas son muy bajas.

EL LOBO DISFRAZADO DE CORDERO
Además de su desenfrenada ira, Cipriani será, por corto tiempo, recordado por una frase que debería estar en su lápida: los derechos humanos son una cojudez. Esta frase retrata mejor que nada al cardenal en cuerpo y pensamiento. Claro, no podría ser de otro modo, ya que este defensor de la vida asolapó los crímenes que se cometieron en Ayacucho en la época de la guerra interna en la cual él fue obispo, negando ayuda a campesinos, a gente humilde que acudía a pedir apoyo en la casa de dios. Para nadie es un secreto que fue un cómplice del dictador Fujimori. Recordemos un episodio de su macabra vida: durante la toma de la casa del embajador del Japón en 1997, Cipriani fue uno de los mediadores para la solución del problema pero en vez de buscar un arreglo pacífico solo encubrió una operación militar que acabó con la vida de los 14 militantes del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru – MRTA, los cuales fluctuaban entre los 18 y 21 años, casi en todos los casos. Recordemos que hay ex rehenes que han dicho que vieron a los jóvenes rendirse y que fueron asesinados en la operación “ejemplar” realizada por “valientes” comandos que estaban en proporción de más 14 a 1: 200 militares, con todo un aparato millonario, a 14 guerrilleros llenos de corazón. Cipriani filtró micrófonos, hizo labor de espía, traicionó a los mediadores, a los familiares de rehenes y emerretistas, como a un grueso de los intermediadores internacionales.
Cipriani, que cada vez que se habla de aborto dice que es pecado quitar la Vida a cualquiera; por ende el aborto es pecado castigado con la excomunión…, entonces cuál será el castigo, dentro de los cánones del Opus Dei, para aquellos que no protegieron o ayudaron a quienes huían de la violencia, para aquellos que menosprecian a los Derechos Humanos, o a aquellos que fueron cómplices de matanzas, de muerte indiscriminada a jóvenes que creían en ideales similares a los de Cristo y que tenían reclamos que podían ser solucionados.
El señor Arzobispo, Juan Luis Cipriani, “defiende” vidas inciertas mientras negó el derecho de vivir a quienes ya tenían vida.


Eduardo B. Gutarra.
28 de enero del 2011.

LAS UNIVERSIDADES DE ALAN Y LOS UNIVERSITARIOS DEL MERCADO


La semana pasada el presidente Alan García (el del Perro del hortelano), oficializó la fundación de dos universidades nacionales: de Huanta y la de San Juan de Lurigancho (Lima). Hace poco, también, se logró la fundación de una universidad en la Selva Central. La fundación de cada centro educativo debe ser una alegría, ya que éstos sí son el progreso y crecimiento de la sociedad, del país.
Pero es una lástima que estos recién nacidos no vengan con su pan bajo el brazo, sino, por el contrario, vienen a compartir el hambre por el que pasa la educación peruana. Menos del 3% del PBI se destina para este sector; de por más está decir que ha quedado bajo polvo y telarañas el prometido 6% para la Educación. Entonces de qué van a vivir estas Universidades, de discursos y buenas voluntades, no lo creemos. Es increíble que en un país donde se crece anualmente un 9% en economía, la educación y la salud, derechos y servicios básicos, cuenten con miserias como presupuesto; es decir, se cree y se hace apología al mercado de las transnacionales pero no se hace nada por el crecimiento cultural del país. A dónde va el dinero, el lector juzgue y saque sus conclusiones.
No solo se hace demagogia con la fundación de estas universidades sino que se puede decir que es la crónica de una muerte anunciada ya que este gobierno – y en general el sistema – se esfuerza por desaparecer la educación pública y aboga porque este derecho sea una mercancía más que esté bajo las leyes del mercado; esto es demostrado con la Municipalización de la educación, la Nueva ley de la Carrera Magisterial y los proyectos de ley sobre la Universidad. Es algo que viene desde la dictadura de Fujimori y que sin disgusto han continuado Toledo y García.
La pululación de universidades al paso o fábricas de cartones agudizan la crisis de la formación universitaria; y no es que el problema sea el número de estas instituciones sino la calidad con la que forman a sus estudiantes. Programas a distancia, docentes mediocres, estructuras inadecuadas, programas improvisados, la corrupción de autoridades, todo esto contribuye a la mala formación de los profesionales que creen que el título es la meta. Además, y de manera preponderante, la sociedad y los medios de comunicación que obligan a creer que el profesional debe estar al servicio del mercado, que el mercado es lo único real, asimismo el desquiciado afán del lucro personal han hecho que en la actualidad el nivel de la universidad peruana esté por los suelos. Hagamos una comparación entre la producción intelectual de décadas pasadas con las de ahora, no hay un crecimiento significante en cuanto a la cantidad y menos en la calidad. Tenemos que ser objetivos: había una mejor y mayor producción cuando los universitarios estaban más comprometidos con su realidad.
El problema de la educación radica entre la agresividad del neoliberalismo, con sus sirvientes que fungen de autoridades y que son expertos en la demagogia, y la pasividad, evidente en la indiferencia, de los estudiantes universitarios.

Eduardo B. Gutarra
31 de enero del 2011.

ENTRE LA MÁGIA Y LA REALIDAD: LITERATURA ANDINA


 
Arguedas es un escritor realista, aunque sabemos que la escuela peruana que tiene como temática principal el problema “indígena” es conocida como indigenista. El más grande representante es sin duda José María Arguedas. Otros dos destacados escritores de esta nueva escuela son: Alegría  y Scorza. El primero, Ciro Alegría, es un escritor anterior a nuestro Amauta Arguedas; en cambio Scorza pertenece al neo indigenismo, posterior a Arguedas.
En la actualidad se puede decir que de algún modo esta escuela neo indigenista persiste. El año pasado el ganador del Premio Copé en la categoría de Novela fue Sócrates Zuzunaga con la obra La noche y sus aullidos la cual está ambientada dentro de la guerra política que ha sufrido nuestro país en las décadas de los 80 y 90 (claro, sin olvidar que en la historia de nuestro país la mayor parte del tiempo ha vivido en guerras políticas), y claro que en esta obra, como las de esta escuela, combinan de modo asombroso la realidad y los mitos quechuas, andinos. En la actualidad hay muchos escritores que han tomado como tema esta etapa de nuestra vida pero de verdad son obviados por la cultura oficial. Es decir, el indigenismo, o más precisamente, neo indigenismo, existe y está vigoroso. Por qué. Porque toda la tradición literaria andina migró y se modificó como sus hombres. No es por eso presenciar que un chalaco, un porteño, Dante Castro, escriba con gran estilo, fiel a las formas andinas y la viveza costeña un cuento que narra la tragedia, esperanza y lucha de muchos pueblos del ande durante la guerra interna.
Arguedas tuvo en cuenta el mito del Incari, pero entendió que este mito tenía un cuerpo en cuanto el Incari no era un ser mitológico y mesiánico sino un pueblo o el pueblo organizado decidido a romper las cadenas que lo oprimen. Cuántos más han escrito, escriben y escribirán sobre este mismo tema. No tenemos las cifras exactas pero sí se puede estar seguro la literatura andina o indigenista tendrá vigencia porque aunque haya cambiado el problema fundamental del Indio, el problema de la tierra, han aparecido otros que golpean a los hombres andinos, tantos lo que se han quedado en sus tierras de origen como los que han migrado, porque en sus viajes llevan la magia de sus pueblos.
La tradición de la literatura andina se desarrolla dentro del nuevo contexto social actual, contemporáneo. Entendamos que esta literatura no morirá porque viene desde antes de la llegada de los españoles, antes de la aparición del quechua como lengua de los Incas, en decir, viene desde las primeras agrupaciones humanas que habitaron estas tierras, como muestra está Caral, que data aproximadamente desde los 5000 años antes de nuestra era; así que todo ese peso histórico no lo puede borrar ni los cambios sociales, menos, por supuesto, intelectuales que no son conscientes de este hecho.
Arguedas, como lo había profetizado Mariátegui, es el primer representante de la literatura Indígena escrita, es el padre que ha dejado muchos, muchísimos hijos, que como el seguirán tejiendo narraciones con los colores del arcoíris, los cantos de las aves y las fuerzas de los runas. ¡KACHKANIRAQMI!

Eduardo B. Gutarra.
Huancayo, 26 de enero del 2011.